lunes, 23 de diciembre de 2013

PoLvO De MoMiA

Sacar las momias al sol
Polvo en el polvo serán
Si dejan de ser reliquias
Muertos que matan en vida
Devoción por las heridas
Que nos saben desangrar

Borrar números malditos
Y esos nombres montaraces
Que son cuentas del rosario
Juramentando traiciones
A todo lo que es posible amar
Por el ansia de un dios destructor

Devoradores del mundo
Revisen bajo sus camas
Sea cuco o cucaracha
Lo mas mínimo los mata
Tan temibles que se asustan
De su sombra a la distancia
Sea cópula o caricia
El mínimo amor los mata
Tan temibles temerosos
Momias que se deshilachan

MARCEL GONTRAND
23-12-2013
Una última resaca de Nochemala.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

MARTINGALA

Un calor impreciso horrible
Hace dibujos de mi cara
Hay un hilo de conciencia sujeta
Yirando duro con las aspas
De un ruidoso ventilador 
La noche marcha en colectivos
Con los cristales empañados
Con garabatos de tu cuerpo y mi boca
De realidad centrifugada

Un curso de volutas azules
Marcándome las venas a fuego
El aguardiente de una mirada
Derrite el cristal de mis ojos
Ardiendo en pliegos de calor
Ya hay pájaros silbando metrallas
En tonos viscosos celulares
La gota es resaca que ensancha la grieta
Que me picotea en cada sueño

MARCEL GONTRAND
12/12/2013


Arte espontáneo de madrugada, Gontrand me sodomiza porque el sueño le patina en las costillas, no me pidan que cabecee, si cae un centro a la olla va a parar a las tribunas... 

martes, 21 de mayo de 2013

LOBO DEL AMOR



No es la noche, no
Ni la sangre lenta que lame los huesos
No es esa ceguera que todo lo  ve
Ni esta amnesia teñida de recuerdos
Un canto sulfuroso del oscuro mar
Un dolor que todo lo anestesia
Ese amor que es lobo del amor
Las termitas que te ahuecan el alma
Ese frío sudor que bendice tu angustia
Y te da esa palidez tan inmortal
Tan impunemente indescifrable
Como la belleza de una telaraña
No son estas cosas, no
Las que crean tus peores pesadillas
Son, aunque no quieras creer,
La sustancia envilecida que añoran tus sueños
Es tu piel, dulce criatura,
El anzuelo hacia la boca del monstruo
Son tus ojos, celosos faros,
Los orificios de su sepultura

MARCEL GONTRAND
22-05-2013

miércoles, 3 de abril de 2013

UN VISIR DEL SUR



Su padre había sido un destacado negociante en la corte del emperador Kuuzanchi. Si en algo fue célebre este monarca de los fedha wanaume, fue por un talento natural en embaucar e ilusionar a su pueblo con falsas promesas, mal vendiendo todos los recursos del reino, que eran muchos, a pesar de que ningún sabio los supiera estimar en sus análisis (si algo caracterizaba a estos fedha wanaume era su desprecio de lo propio y su admiración por lo foráneo, sobre todo si provenía del remoto Kaskazini, en el imperio meridional), a un conveniente costo para los inversionistas, trayendo pobreza y desocupación a la gente, con la absurda quimera de convertir al uzito, su moneda, en una divisa fuerte para el consumo y los viajes de placer. Claro que sólo unos pocos pudieron disfrutar de este supuesto beneficio y hasta enriquecerse a expensas de la ruina de una gran mayoría. Los sabios más conspicuos (wapumbavu, en el decir popular), opinaron otra vez: esta era una lamentable condición para que el mundo siguiera girando y todo estuviera en su sitio. Kuuzanchi, y luego Mambombaya, y hasta Muuaji, fueron sacudidos, y hasta removidos, por levantamientos populares. Con Kusini Ndege creyeron que había sobrevenido la paz. Su temprana muerte fue lamentada por muchos, pero su esposa Kuwamiaka Yasabini, retendría el cetro para su linaje: el clan Mjinga Ndege. Esta pareja real logró aquietar las aguas, creando una sensación de estabilidad y orden. Hablando de aguas, el problema comenzó justamente por las aguas. Un océano propiamente, que fue anegando lentamente el corazón de los fedha wanaume: la ciudad costeña de Nzuri-Hewa. Allí, Maafa Yaasili, visir de aquella metrópoli, hijo de aquel prominente comerciante, sería el mayor responsable de la debacle.
Aún se conserva una cronología aproximada de los hechos aberrantes que implicaron el hundimiento y desaparición de la otrora rica y famosa ciudad de Nzuri-Hewa, y con ella, la declinación y el fin del imperio Kamafedha. Se cree que fue realizada por un tal Mwanko Maarufu, cronista de corte de los Mjinga Ndege. Las investigaciones posteriores sugieren la inexistencia de tal personaje y lo asimilan a un grupo de notables de la casta sacerdotal. Otras versiones místicas, lo señalan como una suerte de vengador ancestral, un espíritu libre que anida en las entrañas de los pocos que lograron sobrevivir al cataclismo: el pueblo bara, que trabajosamente emigró allende los márgenes del Katiyamito, hacia las tierras altas de Mbalimbali, donde aún reside.
Los años señalados al comienzo de cada entrada no se corresponden con nuestro calendario y hacen alusión al tiempo transcurrido desde la ascensión del fundador mítico de aquella raza (los fedha wanaume), Anakula Mboga Len, hasta su presente al registrarse estos anales (el equivalente al año 68 de nuestra era), denominado como 19 en la redacción de las tablillas de barro cocido. Estos invaluables restos arqueológicos se hallan en el British Museum. Los gobiernos de Eritrea y Etiopía reclaman por su definitiva restitución ante las autoridades británicas.
Año 11 – Maafa Yaasili es nombrado visir de Nzuri-Hewa. Llega con gran aclamación de los ardhis mabwana (señores de la tierra, se supone que se refiere a los ricos y poderosos, no sólo a los terratenientes) aunque los wakulima (literalmente, campesinos, pero también gente del común) también apoyan su advenimiento. Inmediatamente, busca tomar el control de los watu mkutano (asambleas populares de las cuatro regiones) y dispone a los wajasiriamali (palabra desconocida o confusa para el lexicón Ndevungumu, único diccionario limitado a 200 vocablos kamafedho-inglés, recopilado por el corsario Sir Cyrus James en 1682; podría asimilarse a inversionistas, empresarios o testaferros, pero es un anacronismo muy new age para el período histórico referido) realizar grandes obras (se refiere a obras monumentales) para ganarse el favor popular.
Año 12 – Siguiendo el consejo de su mano del corazón (su asesor más directo) Kipaji, manda a dar grandes espectáculos con fieras exóticas y guerreros, demostraciones de mpiramguu (un deporte similar a un fútbol primitivo, con varias bolas de caucho que debían atraparse en un saco de cuero de cabra al tiempo que eran disputadas con los pies por ambos bandos, se lo supone un juego violento, ya que existen estatuillas conmemorativas de bronce representando grescas multitudinarias; se cree que los perdedores eran masacrados, otra versión sostiene solamente la ejecución de su capitán por degollamiento) y otras competencias de destreza, también carreras de veloces magari (carros tirados por bueyes, aunque las crónicas, siempre fantásticas, los reemplazan por linces y gacelas), hasta luchas de feroces kigeni (al parecer guerreros magrebíes y etíopes traídos como prisioneros o, tal vez, mercenarios del clan). Viaja a lomos de elefante, seis días, adonde acaban los montes y se afina el mar (al parecer al norte del Golfo Pérsico), con su séquito y su familia. Concurre a una reunión de líderes (se trataría de otros visires de ciudades importantes, incluso de pueblos extranjeros) en una isla (no se precisa cuál). Un terremoto destruye varias casas y una casa grande (templo o gimnasio para guerreros, podría ser ambas cosas en un mismo lugar). Envía a Kipaji con provisiones y ayuda pero llegan a la siguiente quincena. Mueren diez fedhai y un gabufedhu (invasores de un pueblo nómade, de las montañas, que bajaban a las regiones costeras a ofrecerse en labores temporarias; vulg. sujeto de una cultura inferior, bruto, bestia de carga). Maafa Yaasili culpa a los gabufedhu y a los urumbai (aparentemente otros extranjeros) que vienen a explotar nuestras tierras y no pagan tributos al dios (tal vez, Mahrem, dios de la guerra). Entonces, decide aumentar los tributos. Expulsa a los wakulima que no pueden cubrirlos y a los mercaderes sin registro (es complejo pensar en un registro formal para este grado estatal, pensamos más bien en particulares que no daban su parte a los llamados “inspectores del dios”).
Año 13 – Maafa Yaasili culpa a los dinastas Mjinga Ndege por la escasa ayuda que recibe para resolver los problemas de tan inmensa metrópoli. Se suma a las súplicas de la sacerdotisa Mafuta Mwanamke de que caiga sobre ellos la mayor de las maldiciones. Al sobrevenir la muerte de Kusini Ndege, expresó su pesar y se distanció un poco de la clase sacerdotal. Todos columbrábamos alguna reconciliación con la reina, no obstante, envió a uno de sus acólitos, Mambo Kicheko, a procurar el visirato de Takatifu Imani, una provincia vecina. En esa tregua (aire quieto, en el texto original) aprovechó a pactar algunos acuerdos de colaboración (es posible que se tratase sólo de negocios en conjunto) con la casa reinante. Kuwamiaka Yasabini igual tomó la precaución de enviar agentes del reino (probablemente espías) que le plantearon una querella (no sabemos si hubo una contienda menor o si se lo instó a prestar juramento a su majestad). Maafa Yaasili se quejó, anhelando los tiempos de gloria de su predecesor, Kijeshi Kinyesi, en el período de dominación de la elite guerrera, quien arrasó aldeas enteras para trazar caminos. Para conmemorarlo, puso al frente de su guardia personal a un veterano de aquellos tiempos: Faini Majumba. Temido como un feroz asesino, fue rechazado por el sentir general (el alma de todos, en el texto original) y tuvo que ser apartado. No contento con esto, nombró tutor de las criaturas reales (niños, suponemos) a Ng’ombe Tajiri, quien prohibió el conocimiento de los ancestros, la meditación del Msafiri Milele (Viajero Eterno, un papiro sagrado del que se recuperaron fragmentos que se encuentran en el Museé de Histoire Naturelle, en París), cambiándolo por un acopio de antiguas tradiciones olvidadas (en el original dice “historias menores”. N.de R.: la traducción es nuestra). También lamentó que el palacio central (nyumbani serikali, en el original) no mandase forjar más uzito para comerciar en el exterior. Dijo: “¡Cómo podremos cambiar las suertes de nuestro pueblo si no podemos traer reservas del extranjero o acarrear nuestras propias ganancias adonde queramos!”. Llamó tiranos a los Mjinga Ndege y convocó a los fedhai a combatir su tiranía. Mientras tanto, se preocupó de cerrar filas con Muuaji, el anterior monarca depuesto, ahora enfrentado a la reina, a quien llamaban despectivamente Kike Farasi (tr. yegua). Bien es sabido que una mujer nunca puede encargarse bien de los negocios de los hombres. Así lo entendía también Maafa Yaasili, quien relegó a sus dos wanawake (literalmente, mujeres, no sabemos si concubinas o intrigantes) a un puesto subordinado. Viendo que las cosas no marchaban bien, volvió a aumentar los tributos al dios.
Año 14 – Con amplio apoyo de todos los hombres libres, inicia un nuevo período en el visirato. Lo festeja con gran denuedo, iniciando otro viaje al Sudán para cazar leopardos y elefantes. Desde allí vuelve a denunciar la tiranía de los Mjinga Ndege, arengando a la resistencia, pero no puede evitar ordenar una nueva suba del tributo, reflejada con fuerza en la cuota para los carreros y los peajes en los puentes. Allí lo sorprende la llegada de su nueva hija y también un temporal de vientos huracanados que destroza buena parte de Nzuri-Hewa. Se lamenta por no poder estar en su querida ciudad y manda a realizar donaciones públicas de frutos y verduras para los afectados. Desgraciadamente, el edicto llega dos días después de su retorno, a un mes de la tragedia que se cobró ciento treinta víctimas y cuatro gabufedhai. Observando el bienestar del pueblo, suspende la medida, considerándola de excesiva generosidad. En cambio, inicia la construcción de un templo monumental en honor a Mahrem, para beneplácito de la clase sacerdotal, regida por Askofu Kiume, un custodio de los secretos del dios de su entera confianza.
A continuación se produce un hiato por la pérdida de algunos fragmentos. Se conservan palabras aisladas como mila, mali, biashara, mapato, payola, que no tienen gran sentido por sí solas. Mienten quienes intentan asimilarlas al swahili actual como tradiciones, propiedad, negocios, ganancias o coima. El kamafedho no es similar a este idioma, aunque sus palabras sean, básicamente, las mismas.
Lo que sí conservamos, por fortuna, es el desenlace de esta trágica historia de la etnia fedha wanaume. El relato del año 19, fin de esta civilización y destrucción de Nzuri-Hewa, que ofrecemos a continuación:
Año 19 – Las tormentas, huracanes y maremotos se sucedieron con fuerza e inclemencia. Primero, Maafa Yaasili realizó numerosos viajes en busca de ayuda y protección. No hubo panteón al que recurriera que le proporcionase alivio. El poder de Mahrem se había desatado con furia sobre su gente, dispuesto a aniquilarlo todo. De modo que, para proteger a los funcionarios de su gobierno y a su persona misma, decidió aceptar la sugerencia de Kipaji, diestra de su corazón, trasladándose con su corte a la distante isla de Mwisho Tusi, en la boca de ambos estrechos, cerca de Zeila (en esto fue un precursor de Tiberio, salvando las distancias con la paradisíaca Capri). Desde allí, dio sus últimas directivas, siempre imprecando contra los Mjinga Ndege, a quienes volvió a maldecir, cuando ya Nzuri-Hewa estaba condenada. El custodio de los secretos del dios, entretanto, su amigo Askofu Kiume, había sido elevado a sumo sacerdote del culto de Mahrem, y se había trasladado al norte, allende la barrera de montes protectores, al templo de Kubwa Uongo. Desde entonces, fue su mayor protector, procurando que nada le faltase en su forzoso exilio…
Aquí vuelve a perderse el relato y no tenemos fragmentos que narren los sucesos posteriores. Los conocemos gracias a tradiciones orales y a unas supuestas memorias de la reina Kuwamiaka Yasabini (tituladas algo así como Una razón del vivir o La razón de estar viva –Sababu kwa wanaoishi, en el original–) que quizás fuera encargada a los mismos escribas de las anteriores tablillas o a este mismo Mwanko Maarufu, quien se supone la acompañó en su marcha hacia el norte con nutridas filas de barai y algunos pocos fedha wanaume que escaparon de la catástrofe natural que acabó por sepultar a Nzuri-Hewa. 

viernes, 29 de marzo de 2013

PODER VEGETAL

aguadictos lacteobsesos
veganomanos fatales
las brigadas sanitarias
en cruzada contra el vicio
policía antitoxinas
gendarmes de la limpieza
la alarma de tanto exceso
los pone a salvo del crimen
el régimen dietético se impone
depongan sus abusos de colesterol
la carne es un estigma del pecado
no maten más animalitos de dios
porque esas ataduras del pasado
retrasan el progreso de la civilización

por una humanidad de abstinencia completa
pura en su moral limpia de adrenalina
por una humanidad casi divina
damos nuestra batalla metabólica
arrasando cualquier diferencia cultural
la evolución biológica genética gastronómica
será también nuestra purga espiritual
líquidos lácteos veganos a luchar
angélicos etéreos la asepsia al poder
mueran los carnívoros venales pasionales
y así tendremos carne para calmar a las fieras
y construiremos muros que nos puedan preservar
de volver a pecar aislar lo natural
en polos ultraquímicos de ciencia vegetal

veganos abstemios puros de corazón
libremos a este mundo de cualquier contradicción
protección prohibición castración
hagamos de la tierra el reino del señor
es la revolución mundial de lo mejor
que eligen los mejores para sobrevivir
a la exterminación de la debilidad
y de aquellos que ceden ante su tentación
la carne el vino y el tabaco son satán
que se rinda todo el mundo ante el poder vegetal



A través del tablero




Es tan seria la preocupación
Que puede mover a risa
Si no se puede jugar a vivir
Somos meras fichas en el juego
Más que protagonistas
De cada movida a través del tablero
Es prejuicio ver degradación
En fuegos de la hoguera ajena
Dañada se curte la piel
O somos capas de esta cebolla
Sin parar hasta exponer la raíz
Para secarla en la basura
Quien sabe que es perversa obstinación
O rebusque entre tinieblas
Por un resquicio de luz
Cada quien atiende su juego
Para que no le hagan precio
Por acabar siendo atendido
Si te escuece la preocupación
Tal vez te tiemblen las razones
Porque jugarse a vivir
Aunque no te toque el premio

MARCEL GONTRAND 28-03-2013

domingo, 3 de marzo de 2013

ENTRESIESTA

La lucidez de mi insomnio
Al fin no es menos delirante
Que el más absurdo de los sueños
Tanto dormirse despierto
Tanto despertar dormido
Que no sé si este desvelo
No es una siesta inconclusa
De una tarde allá en la infancia
Que retomaré cuando sea viejo
Que concluiré cuando pueda despertar
Y darme cuenta que tal vez
Me pasé la vida durmiendo

jueves, 21 de febrero de 2013

OSCURIDADESENCIA

Peregrino tenaz del lado oscuro
voluntad que anida entre las sombras
por hallar un leve FULGOR
UNA PEQUEÑA LUZ DE VERDAD
La calidez en almas heladas
dulces cuchillos que trizan apariencias
para desaparecer en sendas tortuosas
adonde POCOS quieren PERDERSE
LOCURA MISERIA DELIRIO Y EXTRAVÍO
tan sólo un maquillaje PARA EL EXILIO
Allá donde los seguros felices cobardes
JAMÁS ARRIESGARÁN SUS ROSADAS MEJILLAS
aLLÁ dONDE LA mÚSICA y lOS cOLORES
son registros sutiles murmullos     
de hojarasca quebrándose    
sobre la loza y la gris cementera
de un patio ESCONDIDO entre pasillos
casi una necrópolis
de inframundo
pero habitada por fantasmas     tan vivos
que da pavor      solamente    contemplarlos
Niños-tigre 
Mujeres borrascosas
de ojos delineados de alquitrán
CUERPOS OSCUROS SÓLIDOS IMPERMEABLES
qUE tAN pRONTO aPARECEN cOMO fUGAN
en cursos y recursos de un dédalo intrincado
mapa invisible para los tibios de espíritu
                     palma sobre PALMA de oculto RASTRO
adonde alguna vez quizás   
              Peregrino 
puedas leer las líneas
                                                 de tu suerte