No es la noche, no
Ni la sangre lenta
que lame los huesos
No es esa ceguera que
todo lo ve
Ni esta amnesia
teñida de recuerdos
Un canto sulfuroso
del oscuro mar
Un dolor que todo lo
anestesia
Ese amor que es lobo
del amor
Las termitas que te
ahuecan el alma
Ese frío sudor que
bendice tu angustia
Y te da esa palidez
tan inmortal
Tan impunemente
indescifrable
Como la belleza de
una telaraña
No son estas cosas,
no
Las que crean tus
peores pesadillas
Son, aunque no
quieras creer,
La sustancia envilecida
que añoran tus sueños
Es tu piel, dulce
criatura,
El anzuelo hacia la
boca del monstruo
Son tus ojos, celosos
faros,
Los orificios de su
sepultura
MARCEL GONTRAND
22-05-2013