martes, 14 de enero de 2014

LETRAS DE CAMBIO

Las letras no se juntan en el viento que las amontona; si no pueden provocar contracción, exhalación, aspiración, acústica nasal, vocal, ventral, sexual; si no pueden formar sentidos para después devastarlos; si no pueden gritar, gemir, putear, golpear, sublevar, sublimar, estallar, gritar, gemir, putear, gritar...si no pueden. Si no pueden, entonces no hay palabras ni sonoridad ni eco ni gutural aullido. El silencio lo sabe, por eso deja que se acometan, se combinen y copulen para parir mas y mas palabras que intenten disputarle un poco su reino infinito. Palabras indigestas, borrachas, espasmódicas, prostituidas, protéticas, deformes, disconformes, fragmentarias, inconclusas, patéticas, escatológicas, inmanentes, atemporales, perdidas, amnésicas, corales, únicas, placentarias y necrológicas. Vamos a conmover hasta la última sombra de silente reposo; somos letras de cambio que sin comprar ni vender nada poseemos todo porque nunca tuvimos nada mas que nuestros sonidos pero sin ellos ni una sola cosa sería lo que fue, es y será. Somos las letras de cambio para obtener licencia para el sinsentido desde este lugar de sentido, resentido y consentido que nosotras y tan sólo nosotras podemos dar. 

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